Pese a no tener fútbol por el campeonato nacional, debido a los partidos clasificatorios de cara al mundial de Brasil 2014, vale la pena mencionar los cambios tácticos que trajeron consigo la mejora futbolística en el Decano y lo más importante, los triunfos.

Antes de caer en su crisis futbolística que llevó a cuestionar la continuidad de Ivo Basay, el comentario generalizado sobre Santiago Wanderers era que pese haber un orden, el equipo carecía de profundidad. Para lo anterior teníamos como explicación el bajísimo nivel de Leandro Torres, el encargado de conducir el ataque caturro, como también el hecho de que pese a jugar con volantes externos, estos nunca pasaban al ataque, disminuyendo las posibilidades de descarga y las variantes en ataque.

Frente a la situación anterior en la cual el equipo porteño ni siquiera podía rematar al arco, el DT caturro decide realizar cambios tácticos buscando una mejoría futbolística.

Se vuelve a la línea de cuatro en defensa, en la mitad de la cancha se libera a Ormeño de labores defensivas, dejando a Méndez como único volante de contención y finalmente se manda a Torres a la banca para entregarle la conducción a Boris Sagredo. En ataque se apostaba por tres delanteros, regresando a la titularidad Nicolás López Macri.

Los cambios dieron resultado, se logró una racha de tres triunfos seguidos y después de mucho tiempo se vio algo de fútbol asociado en Santiago Wanderers, sin ser constante, ni nada espectacular, después de dos meses el Decano se generaba ocasiones de gol.

Liberando a Jorge Ormeño de labores defensivas los caturros cuentan con dos generadores de fútbol con distintas características, el capitán caturro las hace de lanzador, preferentemente hacia la derecha aprovechando la velocidad de López Macri, mientras que Sagredo se encarga de encarar y filtrar pases a los delanteros en 3/4 de cancha.

La labor del técnico es aprovechar al máximo las cualidades de sus jugadores para que desde lo individual se logre un óptimo rendimiento colectivo y hasta el partido frente a Unión La Calera, Ivo Basay no estaba haciéndolo. No se necesitaba ser un erudito para darse cuenta que Sagredo era desaprovechado como volante por izquierda, recibiendo de espalda ya con un rival encima que lo obligaba a jugar la pelota hacia atrás, siendo que sus principales cualidades son el manejo de los tiempos, los pases filtrados a la espalda de los centrales y el remate de media distancia, algo muy parecido a lo que realiza Rodrigo Toloza.

Con la centralización de Sangredo el equipo gana un conductor, el volante recibe con la cancha de frente, sin una marca asfixiante, lo que le permite visualizar el panorama y hacer jugar al equipo, descargar hacia la izquierda con las subidas de Opazo, hacia la derecha con López Macri o buscar por le centro con Pol, Donoso o Cellerino. Boris Sagredo se convierte en el principal protagonista del ataque caturro, sin ser descollante, en los últimos partidos ha logrado darle profundidad a Santiago Wanderers, algo de lo cual careció el equipo durante todo el semestre y marcaba el aburrido y predecible juego del Decano.

No se ha jugado con grandes rivales, tampoco se logra una regularidad durante los 90 minutos, pero si se encontró una idea de juego a desarrollar y perfeccionar, además de encontrar a los intérpretes adecuados para dicha idea.

Méndez no tiene problemas en ser el único volante de quite, Ormeño se ve más cómodo y recupera su nivel de juego unos metros más adelante en el terreno de juego, López Macri, pese a no tener fundamentos técnicos, como puntero derecho ha tenido un rendimiento óptimo en base a esfuerzo, velocidad y disciplina táctica, al parecer se repite la historia de Gabriel “bibi” González, a los demás ya los conocemos, la solvencia de Prieto y Abarca, la efectividad de Donoso y Pol .

Ahora toca un rival de peso, el puntero del campeonato y de visita, será una linda prueba para que el Decano, con su nuevo dibujo táctico, muestre para que está en este fin de año.