Pese a todo lo negativo de cara al partido frente a Colo Colo había esperanza en el hincha de poder desquitarse, quizás apelando más que nada a la actitud de los jugadores, jugar frente a los santiaguinos siempre ha sido un partido especial para todo wanderino, independiente de las situaciones que rodean al encuentro, este se toma como el clásico Valparaíso – Santiago.

Por desgracia nos olvidamos que teníamos a un técnico que además de no saber que hacer con su equipo, tampoco entiende de lo que se trata Santiago Wanderers, dejando como resultado un cuadro que no tiene ninguna idea de juego y jugadores mentalmente destruidos.

Había costado encontrar un esquema de juego y un grupo de jugadores, esto recién llegó frente a Unión La Calera ya con la mitad del campeonato jugado, sin embargo parecía el comienzo de una racha positiva en la cual el Decano pese a no mostrar gran fútbol había logrado adoptar una idea de juego y contaba con un par de variantes en ofensiva que le permitían sumar de a tres.

Si tanto costó dar con esta fórmula en un plantel corto ¿Por qué el técnico decide cambiarla? y más aún ¿Por qué la cambia implementando fórmulas que ya sabemos no funcionan?

Si Nicolás López Macri es nulo técnicamente pero tiene velocidad que puede ser aprovechada como puntero vía pases filtrados desde el medio campo ¿Por qué se lo retrasa al mediocampo donde es incapaz de superar a su marcador?

Si Jefferson Castillo no tiene el físico y la capacidad para recibir de espaldas y girar, pero si precisión en los pases ¿Por qué se lo carga a la banda donde se convierte en un fantasma y pierde la pelota apenas la recibe?

Si Jorge Ormeño no está en su plenitud física pero es un buen agente ofensivo por su calidad para habilitar a sus compañeros ¿Por qué se lo ubica al lado de Sebastián Méndez, estorbando su trabajo y dejando al equipo sin una salida limpia?

Si Gastón Cellerino no ha mostrado nada desde su llegada a Santiago Wanderers ¿Por qué no se lleva a otro centrodelantero a la banca para que lo reemplace?

Situaciones como estas, vividas en Quillota frente a Colo Colo, son las que han soportado los hinchas todo este 2013. Impresiona como todo el mundo coincide en lo que se debe hacer para tener un rendimiento aceptable pero el cuerpo técnico realiza algo completamente distinto, llega a ser insultante que se le paguen 15 millones a un cuerpo técnico que ha hecho del error obvio su principal característica.

Como era de esperar en base a la formación dispuesta, Santiago Wanderers confirmó su penoso nivel de las últimas fechas, siendo incapaz de llegar al arco contrario de forma asociada. Si no fuera por la calidad individual de Pol y la suerte de algún pelotazo que supera al defensa rival, el Decano no habría rematado al arco. Esto tampoco debe sorprendernos, si descontamos el gol que se le hizo a la Unión Española el que fue claramente un autogol, tenemos que el equipo lleva tres partidos sin anotar y de no ser por la gran actuación de Mauricio Viana era una nueva derrota para los caturros.

La historia nos dice que cuando Wanderers no encontraba su fútbol ponía la garra, hoy ni eso tiene el equipo, el cuerpo técnico tiene a los jugadores mentalmente muertos, la pelota le quema en los pies y tienen un temor increíble a filtrar un pase o encarar al rival, una situación realmente penosa.

Da verguenza que vistan una camiseta con la inscripción «El orgullo de ser porteño», al igual que en la época de Arturo Salah, esto no parece Santiago Wanderers y este problema no se arregla solo cambiando al DT, sino que quienes dirigen hoy el club deben darse cuenta lo que significa esta institución y que si se alejan de su esencia, trayendo jugadores y técnicos completamente opuestos a lo que quiere el hincha, el fracaso está prácticamente asegurado.

Hace un año peleábamos el descenso, hoy esa situación no es posible por el cambio de calendario, sin embargo, de no sumar de a tres en los partidos que restan, lo más probable es que el 2014 comience, nuevamente, con el discurso de mantener la categoría… con la quinta plantilla más cara del fútbol chileno.