Santiago Wanderers apenas empató 1-1 con Cobresal, confirmando todos sus problemas futbolísticos de los últimos partidos, esos a los cuales se apostaba a ganarlos todos para conseguir un cupo a la liguilla Pre Copa Libertadores, pero sin embargo no se ganó ninguno y se vio lo peor de este equipo.

Resumir el partido del Decano en la tercera región resulta bastante sencillo y penoso a la vez. Ivo Basay apostó por un cambio de esquema, regresando al 3-5-2 que no había dado ningún resultado positivo en las primeras fechas, como era de esperarse en El Salvador se repitió la historia.

Desde un comienzo Cobresal buscó el protagonismo, presionando la Decano y obligando al pelotazo largo ya sea de Ormeño en la mitad de la cancha o de los centrales al no tener con quien salir jugando. Nuevamente no se veía idea de juego alguna ni más de tres pases seguidos, todo se resumía en pelotazo para Donoso y que este pivoteara a Pol o Sagredo.

Se dispuso un dibujo táctico con laterales volantes pero estos rara vez pasaron al ataque por lo tanto no cumplían la función de ser una alternativa de descarga para los habilitadores, ni se convertían en habilitadores de los delanteros ¿Si no ataca, defiende? Trataron de defender pero tampoco lo lograron, los jugadores locales no tenían dificultad en sobrepasar al Decano por las bandas y llegar al arco contrario. Si Luna no reventaba todo lo que cruzaba por el área en su función de líbero, era Viana quien nuevamente se convertía en figura.

Así transcurrió el partido, con Cobresal manejando la pelota y teniendo las mejores ocasiones, de hecho el resultado más justo hubiese sido la victoria para el local. Más allá del gol (jugada individual de Boris Sagredo) Santiago Wanderers solo tuvo dos llegadas al arco rival, una en el primer tiempo y otra en el segundo, la cual correspondió a un contragolpe terminado el partido cuando Cobresal estaba jugado completamente en ataque, solos frente al arquero tampoco pudieron resolver. Los cambios, como de costumbre, no sirvieron de nada y hasta hicieron ver peor al equipo.

La situación de Gastón Cellerino es vergonzosa desde dos posibles puntos de vista. En primer lugar como es posible que un jugador probado tenga un rendimiento tan deficiente en Santiago Wanderers, es increíble que ni siquiera pueda ganar una pelota dividida siendo el más grande de la cancha. La excusa de la lesión que esgrimió el argentino nos lleva al segundo punto ¿Por qué se contrata a un jugador que se sabe viene lesionado? ¿Por qué pese a esta situación se lo hace jugar? ¿Por qué no darle la oportunidad a un juvenil?

La situación podría hacernos dudar si estamos en presencia de un nuevo caso de arreglos entre representantes y cuerpos técnicos, la otra alternativa es que Ivo Basay es un técnico incompetente.

Por desagracia la situación no se queda solo en la cancha, sino que post partido el DT declara que se va tranquilo y conforme y el ayudante técnico afirma que el bajón del equipo se debió a que este no está acostumbrado a jugar instancias decisivas. Con sus declaraciones confirman y aceptan la mediocridad en la que tienen sumido a este equipo, como si no se pudiese aspirar a más. Es insultante que un técnico declare que queda conforme con el rendimiento de un equipo que no puede llegar al área contraria.

Queda un partido y el Decano no bajará del puesto 13 en este campeonato, sin embargo los rivales que ocupan puestos de descenso están a poca distancia por lo cual el 2014 comenzará una vez más con la consigna de mantener la categoría.

En vista de estos resultados y de la situación futbolística del equipo, el cuerpo técnico merece ser cesado de sus funciones apenas terminado el partido frente a Antofagasta válido por la última fecha del campeonato.