Un punto rescató Santiago Wanderers en su visita a Talca gracias a un empate sin goles. Siempre se habla de que todo lo que se suma de visita es positivo, sin embargo tomando en cuenta como se dio el partido queda la sensación de que el triunfo era posible de no haber errado nuevamente el DT en los cambios.

Con todos los medios de comunicación preocupados de la fecha eliminatoria el partido frente a Rangers nos encontró de sorpresa y con pocas noticias en la previa, sin confirmar nada Ivo Basay repetía en Talca la formación que había caído frente a Deportes Antofagasta la fecha anterior y es que pese a lo abultado del marcador Santiago Wanderers mostraba pasajes de buen fútbol y la apuesta del técnico pasaba por mecanizar al once titular apostando por prolongar los pasajes de buen juego que a la larga llevasen al Decano a conseguir los tres puntos.

Al igual que en fechas anteriores podemos dividir el juego del equipo caturro en dos fases. Una primera fase de buen juego controlando el partido y llegando al arco contrario y una segunda fase de confusión, desorden y prácticamente ningún remate al arco. Buscando el momento del partido en que ocurre este cambio en el juego de Santiago Wanderers llegamos al momento de la salida de Jefferson Castillo con el posterior ingreso de Ariel Cólzera. El motivo no tiene que ver con un extraordinario partido de Castillo ni mucho menos, sino con el cambio de esquema que se produce con la salida del playanchino; como dijimos en escritos anteriores Wanderers necesita tener un 10 en cancha más allá del rendimiento del jugador ya que al desaparecer este se desarma cualquier intento de sociedad pasando a un pelotazo frontal sin destino.

Esta situación ya resulta preocupante por darse de forma reiterada en casi todos los encuentros de Santiago Wanderers, si el equipo no cuenta con Leandro Torres quien en el papel es el titular y Jefferson Castillo no está realizando un buen partido debiendo salir de la cancha la lógica pide que sea Rodrigo Toloza quien ocupe la posición de enganche, para así mantener el esquema y la idea de juego. Sin embargo el DT insiste una y otra vez con dejar al equipo sin un conductor apostando a la verticalidad desproporcionada, la cual se traduce en pelotazos frontales que no alcanzan siquiera a preocupar al arquero rival.

El Wanderers que comenzó este partido en Talca se dedicó a presionar a su rival en tres cuartos de cancha haciéndose del control del juego y también de la cancha, los volantes externos se apoyaban en Castillo, Robles y Donoso construyendo jugadas hasta llegar a las inmediaciones del área grande, pero pese a la serie de llegadas no se lograba convertir. Quizás como punto en contra podemos nombrar un abuso del pelotazo cruzado, un exceso de confianza por parte de los jugadores en lo que podía hacer Donoso en el área, sin embargo este es el juego por el que apuesta Basay y el cual quiere perfeccionar.

En el segundo tiempo el bajón fue notorio y podemos encontrar dos causas para explicarlo, en primer lugar el equipo dejó de presionar a rival dejándolo venir equilibrando las acciones, acá nuevamente extrañamos a un jugador ausente por lesión, Sebastián Méndez. Si bien Andrés Robles tiene una mejor salida que el villalemanino no cuenta con el mismo despliegue físico, por lo tanto no se puede sustentar la presión durante los 90 minutos. Por otro lado Jorge Ormeño debe retrasarse en labores más defensivas para ayudar a su compañero perdiendo otro foco de salida con buen pie dejando al equipo cortado.

La segunda de las causas del bajón futbolístico es la mencionada anteriormente, con la salida del conductor los volantes externos quedan huérfanos y el equipo pierde su fútbol, resulta imperioso que Basay se de cuenta de esta situación ya que lleva todo un semestre cometiendo el mismo error cuando el equipo no consigue el gol o la ventaja.

Ivo Basay no debe caer en la desesperación frente a la imposibilidad de conseguir un gol, pese a que el esquema por el que se apuesta no ofrece grandes variantes, es lo mejor a lo que puede apostar hoy Wanderers tomando en cuenta el plantel con el que cuenta. Todas las fichas del técnico deben apuntar a mecanizar un grupo de jugadores y conseguir una identidad futbolística, pero este objetivo es imposible de conseguir si se renuncia a la idea inicial en todos los encuentros en los cuales el Decano no consiga imponerse antes del minuto 60′ para dar paso al pelotazo desesperado. Santiago Wanderers tiene una idea de juego pero hay que reforzarla en lugar de abandonarla para partir de 0.