El regreso de Gutierrez suponía una dificultad al momento de parar la formación titular ¿A quién dejar fuera? Relegar a la banca a Cellerino o a Mier era quitárles la confianza que estos jugadores tanto necesitan para rendir, por lo tanto el reemplazo no sería en el sector ofensivo.

Se optó por sacar a Abarca y cambiar el esquema en la mitad de la cancha, abriendo a Marco Medel por derecha, retrazando a Barriga como lateral izquierdo y a Matías Mier poniéndolo como volante por izquierda.

El cambio no funcionó. Abriendo a Medel dejando a Ormeño como único volante central el equipo fue incapaz de recuperar alguna pelota entre su área y la mitad de la cancha, todo rebote favorecía al adversario haciendo imposible una salida rápida y limpia, tan necesaria para el estilo de juego de Emiliano Astorga. Sin embargo esto también perjudicó a Jorge Luna, quien quedó sin compañeros que lo abastecieran para arrancar en velocidad con balón dominado al arco contraria, el equipo había quedado inconexo.

Contra Universidad de Chile ocurrió algo parecido, pero ahí las causas fueron otras, la superioridad del rival en ese partido mandaba una mayor presencia de jugadores de quite para evitar que el adversario construyera su juego.

Frente a Audax no se necesitaba más marca, sino mayor presencia en la zona media para marcar presencia y manejar los tiempos, poder tocar y construir ahí, demostrándole al rival quien era el dueño del partido. Con Marco Medel pegado a la banda derecha y Gonzalo Barriga retrasado se cortó el circuito por izquierda que había demostrado el Decano en fechas anteriores, la salida en base a paredes y triangulaciones, para rápidamente llegar al arco contrario de manera sorpresiva, con jugadores apareciendo por el centro para definir las jugadas, o por la banda contraria.

Con el ingreso de Tamburrini se intentó corregir esta deficiencia en el juego, devolviendo a Marco Medel a la izquierda, logrando el equipo sus mejores llegadas, sin embargo entre la mala suerte y las fallas en el último pase no se logró amarrar la victoria, además de que Tamburrini no tuvo un gran partido pero si cumplió tácticamente.

Tal vez la ansiedad por el triunfo y el tener a más jugadores titulares a su disposición hizo que el técnico quisiera poner simplemente todo lo que tenía pensando en que a mayor calidad individual mayores posibilidades habían de ganar. Esto es un error en el sentido de que lo que ha hecho fuerte a este equipo es el trabajo colectivo, el orden, la disciplina, la solidaridad y un libreto aprendido. Contra Audax esto no se vio y terminó por conspirar contra el triunfo.

De los errores se aprende y seguramente Emiliano Astorga lo hará ya que sus declaraciones no tienen ningún rastro de soberbia ni prepotencia, por ello hay que estar tranquilos, quedan 2/3 de campeonato y el Decano está a solo 3 puntos del líder.