El fútbol en general, tiene una particularidad, por más que los equipos sean los mismos, incluso, que tengan los mismos jugadores, cada partido es diferente, y seguramente, este detalle, es lo que hace que el fútbol sea tan popular y masivo. Siempre nos sorprende con algo.

Y los clásicos no son apartes, desde chicos que nos van amoldando, nos van enseñando a como se viven estos momentos, que por cierto, son únicos e irrepetibles. Al clásico rival, da igual como se dé el partido, hay que ganarlo, independiente si es un gol de rebote, con un golazo de 30 metros, con un centro de rabona, o con un gol de un juvenil, como el 2007 en los descuentos, y más encima con 10 jugadores.

Lo cierto, que todo lo descrito anteriormente, tiene un factor común, y para los wanderinos, nunca pero nunca debe ser indiferente, la garra y el espíritu. A mis 23, he visto ganar a mi equipo, también al rival, pero cada vez que Wanderers no logró la victoria, más orgulloso me sentí de ser hincha de este club, la gente que rodea y que respira en verde, sabe perfectamente a lo que me refiero.

A la fuerza han intentado ser locales, pero el hincha esforzado y sacrificado de este hermoso club, gasta lo que no tiene para alentarte incondicionalmente, y solo pidiendo a cambio, profesionalismo y actitud. Y aquí, quiero detenerme, la diferencia entre los hinchas caturros y el resto, es que la ciudad de Valparaíso se identifica a pleno con los valores que intenta inculcar Wanderers, están a la vista, garra, actitud, humildad.

No se les puede pedir a nuestros 11 guerreros que ganen, ni mucho menos que sea por goleada, nuestra historia como hinchas, nos permite pedirles que dejen la vida en la cancha, que cada pelota disputada vayan con la mente puesta en ese porteño que tiene que endeudarse para verlos, en cada salto para lograr el cabezazo piensen en esos niños que tienen que subir los cerros para llegar a sus casas luego de una jornada escolar, en cada mano a mano, piensen en aquellos pescadores que se introducen en ese mar para llevar un par de chauchas a la casa.

Nadie les dice que la misión es fácil, pero si logramos que ustedes jugadores se impregnen del espíritu porteño, la victoria estará más cerca, y no me refiero sólo a la victoria del resultado, sino también a la victoria del alma.  No olviden jamás, que nos representan, que en cada carrerón, hay miles de hinchas empujándolos para que lleguen antes. Son nuestro orgullo, y esperamos que ustedes se sientan orgullosos de representarnos y ser parte del  club más antiguo de Chile.

Si se sienten débiles, miren a la Laguna, ahí estaremos los de siempre, los que no abandonan, encuentren en nosotros la fuerza para sacar la tarea adelante. VAMOS MUCHACHOS, POR SUS FAMILIAS, POR USTEDES Y POR NOSOTROS.

Con honor, con valor.

@josetogubler
José Tomás Gubler Cruz