En la previa había consenso en que Santiago Wanderers debía tomar recaudos frente a Universidad de Chile, lo cual no significaba echarse atrás a defender el 0, sino pensar como tácticamente lograr anular el juego vertiginoso que ofrecía el rival. Para muchos era necesaria la inclusión de un volante con más marca en la mitad de la cancha por el gran nivel que mostraban los azules en ese sector, lo cual les permitía un juego dinámico con variadas alternativas de pases al  momento de atacar, se debía cortar ese circuito de elaboración de juego.

El hombre llamado a ingresar era Sebastián Méndez, quien por desgracia se encontraba lesionado, ante esto surgía la alternativa de Giakumis Kodogiannis, sin embargo el técnico no se atrevió a hacerlo ingresar y mantuvo su formación ganadora.

Pese a que por momentos del primer tiempo el Decano lograba pararse bien en la cancha del Nacional, con el paso de los minutos el nivel fue bajando y la pelota solo pasaba por los azules, quienes comenzado el segundo tiempo ya se ponían arriba en el marcador por 3-1 y comenzaban a liquidar el partido.

La reacción que tuvo el equipo no fue la esperada, con circuitos de ataque totalmente cortados y poca intensidad, además de no tener variantes desde la banca teniendo hombre con características ofensivas.

La derrota pasó por la falta de variantes en el plantel. Era claro que se necesitaba un volante con más quite en la mitad de la cancha pero el titular estaba lesionado y el técnico no se atrevió a darle la responsabilidad a un jugador más inexperto. También se requerían variantes en ofensiva ante el pésimo partido de Matías Mier, llamado a engancharse y juntarse con los volantes, situación que se notó aún más con la lesión de Gutiérrez. Pero Ronnie Fernández tampoco convencía al técnico.

Por otro lado quedó en evidencia que Juan Abarca no es volante por derecha, todos los ataques (y los goles) del rival fueron por su banda, viéndose superado todo el partido. Frente a rivales menores se pueden improvisar puestos, pero cuando se enfrenta a los poderosos la falta de especialistas queda en evidencia. Pena la ausencia de un volante por derecha, el cual no fue conseguid por los dirigentes pese a expresa petición del técnico.

Finalmente está el curioso caso de Marco Medel, gestor del primer gol y autor del segundo, pese a esto es criticable su falta de protagonismo en los momentos en los que el equipo necesitaba equilibrar fuerzas en el marcador. Él es responsable de lograr la conexión entre la salida limpia y el ataque vía Luna, Barriga o Mier, pero cuando debía demostrar su calidad desapareció de la cancha dejando un equipo quebrado, lamentablemente en el partido más complicado confirma su histórica intermitencia.

Pese a todo lo malo del partido es mejor conocer las debilidades del equipo en la tercera fecha y en el partido más complicado, porque se puede trabajar de mejor forma de cara a lo que queda de campeonato. Fue un balde de agua fría verse superados claramente por el rival que apuesta al título, quitándonos la ilusión de este casi de golpe para quienes la tenían, sin embargo las debilidades de este equipo son perfectibles en base a lo que apuesta Emiliano Astorga, el trabajo colectivo por sobre las individualidades.

Tal vez no se tenga un plantel para campeonar, pero si se logran pulir las debilidades que quedaron en evidencia en la fecha 3, podremos tener a Santiago Wanderers encaramado en los primeros lugares.