Pasaron los días  y todo sigue igual en Wanderers. Los dirigentes ratificaron a Salah en su puesto y al parecer la almohada del DT le dijo que se quedara en Valparaíso, puesto que junto a su cuerpo técnico ya prepara en Mantagua lo que será el decisivo duelo frente a Deportes La Serena.

Ya confirmada la continuidad de Arturo Salah en la banca de Wanderers, cabe preguntarse cómo recuperar el buen juego que alguna vez tuvimos con este mismo entrenador, para de esta forma comenzar a sumar y respirar un poco más tranquilos, aunque sea por una semana.

Partiendo por el arco, muchos critican a Viana por su error frente a Rangers, pero si analizamos todos los partidos del año, el joven arquero del Decano casi no ha tenido errores, pues en el 99% de los goles que le convierten poco puede hacer, ya que los delanteros rivales quedan solos frente al arco producto de la débil defensa del equipo caturro. Por lo tanto, un cambio de arquero sólo sería justificable en caso de que Viana tuviese alguna lesión o molestia, porque a esta altura no se pueden dar ventajas, se requieren todos los jugadores al 100%.

Luego viene la línea más débil de Wanderers. Durante todo el año no hemos tenido seguridad defensiva, principalmente, producto de la larga lesión de Agustín Parra, nuestro mejor central y recientemente nominado a la selección nacional. Lo anterior nos llevaba a improvisar y ocupar jugadores con un nivel técnico muy por debajo de lo que requerimos. Además la constante rotación de nombres no nos permitía cohesión ni mecanización de la zaga. En los últimos partidos Salah ha optado por Parra y Prieto como centrales, y al parecer esto no cambiará. Sin destacar, Prieto cumple y ha sido aporte. Sin embargo, el tener una pareja de centrales con un mejor rendimiento deja en evidencia una falla que Wanderers arrastra desde el año 2010: luego de la partida de Eugenio Mena la zona más débil de Wanderers han sido sus laterales. Opazo no logra consolidarse como jugador de primera división; Sandoval partió muy bien, pero a mediados del campeonato pasado bajó su nivel y en este Clausura no ha sido considerado; y por su parte Schultz, pese a tener mucho talento no tiene aún nivel para ser titular en primera división, debido a su irregularidad que sólo es muestra de la inexperiencia del jugador. Ahora bien, si vemos los tres laterales con que cuenta Salah todos tienen algo en común: atacan muy bien pero defienden bastante mal, por lo que cuando un equipo quiere apurar a Wanderers por las bandas lo logra sin mayor oposición. No es difícil notar las falencias de nuestros laterales. Producto de lo anterior cabe preguntarse: ¿por qué no dejar atrás la línea de 4?

La idea de tener laterales en defensa es que estos pasen al ataque sumando volumen ofensivo, más aún cuando su mayor rendimiento lo alcanzan en terreno contrario. Sin embargo, Salah con su conservadurismo excesivo tiene frenados a los laterales, llegan a la mitad de la cancha y se frenan, desaprovechando todo su potencial. Finalmente no aprovechamos lo mejor que tienen y damos una ventaja enorme regalando las bandas en el sector defensivo. No hay que ser un entendido de fútbol para darse cuenta que Wanderers tiene todo para jugar con un 3-5-2, cubriendo los espacios con Parra, Prieto, Herrera o Godoy, y aprovechando la velocidad de los laterales, proyectándolos desde la mitad de la cancha hacia arriba.

Pasando a la zona media, la presencia de Sebastián Méndez es necesaria siempre para evitar el bajón futbolístico de Wanderers en los segundos tiempos producto del cansancio de Órdenes. Con Méndez en cancha tenemos recuperación los 90 minutos, porque el 5 de los verdes no se cansa.

En la parte ofensiva es fijo Tressor Moreno. Si Salah vuelve a su 4-2-2-2, dejando atrás el 4-3-3 que no funcionó para nada bien, se debe dilucidar el acompañante de Moreno. Tomando en cuenta los partidos jugados y el hecho de que este jugador le daría un ritmo diferente al juego, el acompañante de Moreno debiese ser Jefferson Castillo. Así, contaríamos con los pases filtrados del colombiano y con la velocidad del canterano, dándole más variantes de ataque al equipo. De otra forma Wanderers se vuelve muy predecible y fácil de anular.

En ataque es complicado, porque Calandria es un jugador que pivotea, pelea, juega para el equipo pero no hace goles, en gran medida, porque Wanderers carece de profundidad y las pelotas que él toca son muy lejos del arco. Pero aún así el delantero argentino no ha demostrado capacidad goleadora. Por su parte, Salmerón apenas acumula unos minutos frente a Audax Italiano, y si bien casi no tocó la pelota por el mal juego del equipo y es muy poco para juzgarlo, el delantero argentino se vio muy lento en sus movimientos, para girar, recibir y pasar estaba a otra velocidad que sus compañeros.

Por último, el delantero por fuera se discutiría entre Silva y Cólzera (a menos que Cólzera quedara como acompañante de Moreno, en este caso Silva tendría el puesto fijo). De estos dos jugadores el titular debiese ser Cólzera, quien es el refuerzo que mejor ha rendido en lo que va de campeonato y podría actuar como «abrelatas» en la delantera porteña.

El juego de Salah logró en Wanderers un equipo que no le pega al arco, que tiene a sus laterales contenidos y depende casi en su totalidad de alguna genialidad de Tressor Moreno para habilitar a los delanteros. Si esto no ocurre, los hombres en ataque deben retrasarse a buscar pelotas y Wanderers se convierte en un equipo sin profundidad que no logra pisar el área rival.

Finalmente, pasando a un tema más subjetivo, la actitud de Salah es de paciencia excesiva, como si los partidos fueran eternos. No se ve ambición ni deseos de ganar a toda costa. No se ve lo que es Wanderers, la lucha, la entrega, el deseo de aplastar al rival, de pasarle por encima. Por desgracia esa actitud se traspasa a los jugadores, pues aunque no sea un mensaje directo, el discurso calmo y pasivo de Salah de todas formas llega a los jugadores por la sola convivencia con el DT. Los equipos se impregnan de la actitud de su entrenador, ya sea para bien o para mal. En este caso es para mal, porque tenemos un equipo que no parece Wanderers, salvo un par de excepciones.

Concluyendo el análisis, con la continuidad de Salah mucho habría que cambiar para conseguir un rendimiento óptimo con el plantel que tenemos. Esperemos que el DT recapacite y se dé cuenta de sus errores.  Cuando se toca fondo el cambio es inminente, esperemos que en el caso de Wanderers sea así y por fin, luego de 11 fechas y 4 meses, volvamos a los triunfos.