Ya han pasado 5 partidos desde la llegada de Héctor Robles a la banca del Decano y la sensación que se vive en Valparaíso es de tranquilidad y satisfacción por lo que está haciendo el equipo y muchos ya se ilusionan con conseguir algo importante este año, sin embargo, a no apresurarse porque esto recién comienza.

Juan Pablo Enríquez
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Hagamos memoria: Wanderers pierde con Ñublense, Playa Ancha explota, el técnico se va y un par de días después llega Héctor Robles a hacerse cargo del equipo para sorpresa de muchos. Algo de preocupación causaba la llegada de Robles, ya que si bien lo recordábamos con cariño por ser el capitán del equipo campeón el 2001, el ‘choro’ no contaba con una carrera como DT más que en divisiones inferiores, además de haber sido ayudante técnico del Wanderers 2007 que se fue al descenso, llegando a dirigir los partidos finales. No muy buenos recuerdos para los hinchas, pero ya estaba y había que apoyarlo porque si no funcionaba nos íbamos a la B.

El debut del nuevo DT verde no pudo ser más complicado, frente al Colo-Colo más reforzado del último tiempo y de visita. Perdimos 3-1, sin embargo la palabra que se repitió por todos los hinchas terminado el partido fue «tranquilidad».  Algo cambió en Wanderers, si bien perdimos de forma clara nos quedó la sensación de que este equipo podía dar más, de que podríamos llegar a alcanzar un buen juego en ese momento de la mano de Martínez y Rusculleda.

Segundo partido, con Unión Española de local pero a puertas cerradas. La consigna era ganar o ganar, además contábamos con un nuevo refuerzo: el arco ahora sería custodiado por Eduardo Lobos. Nueva decepción para Wanderers porque sólo empatamos a 1 gol cuando era imperioso ganar, sin embargo, el buen juego se repitió, Wanderers tuvo un excelente segundo tiempo de la mano de Nicolás Martínez quien confirmaba que era un refuerzo de nivel, es más, cuando debió salir de la cancha por lesión Wanderers se olvidó de jugar. De este partido se sacaron dos importantes conclusiones: necesitábamos sí o sí a lo menos dos delanteros goleadores, porque nuestros delanteros de la juvenil aún no estaban para ser titulares en Primera. Además se requería un 10, enganche o conductor, porque si no caeríamos en una Martínez dependencia.

Pasó el aniversario y en la previa de la cuarta fecha con un Wanderers que sumaba apenas un punto en 3 partidos llegaba el primer goleador: Ángel Orué, un paraguayo desconocido para el medio chileno pero que dejaba una buena impresión en sus primeros entrenamientos anotando goles. Aún nos faltaba un delantero y en las redes sociales todos apostábamos por Daúd Gazale, no porque nos gustara, sino porque la prensa lo daba casi seguro en Valparaíso. Vaya sorpresa que nos llevamos un día miércoles de Agosto, puesto que al mismo tiempo que se confirmaba la llegada de Gazale a la UC, por distintos medios se anunciaba que el nuevo y último refuerzo de Wanderers era el señor Tressor Moreno, jugador de experiencia, talentoso, ganador y seleccionado.

Partido con Palestino en Santiago, había que ganar para escapar del fondo y apenas nos trajimos un empate. Sin embargo además del punto nos trajimos un debut goleador de Orué y el gran nivel de Tressor Moreno. Años que no veíamos a un jugador de ese nivel con la camiseta de Wanderers.

Estábamos en el fondo de la tabla y esperando ayuda de otros equipos para que ganaran a nuestros rivales directos, pero después del partido con Palestino muchos dijeron ‘no necesitamos ayuda, de esta salimos solos’.

Habían pasado 4 fechas y recién teníamos el plantel completo, venia una semana con dos partidos y ambos de local. Qué mejor oportunidad para conseguir los primeros triunfos y así fue, primero ganando en un partido casi redondo a Huachipato, donde los refuerzos volvieron a confirmar su nivel y el equipo jugó de forma casi perfecta hasta que Robles se equivocó con los cambios, dejamos de jugar y empezamos a sufrir. Sin embargo, después de mucho tiempo veíamos buen fútbol en Playa Ancha, este equipo prometía pero ahora había que confirmarlo frente a un poderoso: se venía la UC en Playa Ancha.

Lluvia y mucha gente para recibir al partido que, en el papel, era el mejor de la fecha, y los jugadores no decepcionaron. Esta vez Wanderers hizo un partido perfecto en todas sus líneas y derrotó de forma clara por 2-0 a uno de los equipos más poderosos de Chile, un plantel millonario y que venía invicto de hace rato.

Terminados estos primeros 5 partidos de la era Robles podemos decir que Wanderers va en una curva ascendente tanto en juego como en resultados, cada partido el equipo va jugando mejor, los jugadores se van conociendo y se forman sociedades, además de destacar un alza en el nivel personal de todos. Por otro lado, en el tema táctico contamos con variantes, podemos jugar con 3 en el fondo o con línea de 4, nuestros laterales también pueden ser volantes y nuestros volantes pueden ser delanteros, podemos jugar con 3 en punta como frente a Palestino, con 2 como frente a Huachipato o con Orué como único delantero siendo apoyado por mediocampistas ofensivos.

Wanderers ahora tiene una columna vertebral sólida: Lobos al arco, quien transmite seguridad a sus compañeros gritando todo el partido, ordenando la defensa y respondiendo con grandes atajadas, pura experiencia; en defensa Agustín Parra se acordó que puede ser uno de los mejores centrales de Chile; en mediocampo defensivo tenemos a Sebastián Méndez, el mejor contención que tiene este equipo y que para variar tuvo que ganarse el puesto desde la banca, como todos los años parte afuera y termina siendo la figura del mediocampo wanderino; en ofensiva tenemos a Tressor Moreno, quien trae el pase preciso, la calidad, categoría, visión de juego, el tipo juega lento pero hace jugar rápido al equipo, es quien maneja los tiempos, un crack; y finalmente en ataque el paraguayo Orué, que pelota que le queda cómoda la manda en dirección al arco y cuando no se encuentra cómodo hace el trabajo de pivot para que algún compañero reciba la pelota con ventaja frente al arco.

Para terminar, estos buenos resultados y la mejora notable en el juego de Wanderers, además de nuestros refuerzos, tienen como responsable directo a Héctor Robles Si hacemos una comparación con los entrenamientos de Llop vamos a encontrar diferencias notables. En primer lugar la duración de estos, mientras los de Robles alcanzan las 2 horas, los de Llop con suerte sumaban una hora mientras el DT miraba constantemente su reloj. Por otro lado en la participación, al momento de hacer fútbol, ya sea reducido o fútbol de 11, el técnico y su ayudante están todo el tiempo dándole instrucciones a los jugadores y durante el entrenamiento si es necesario recalcar en que están fallando o decirles qué es lo que quiere que hagan además de estar animándolos.

Robles hace énfasis en el juego de primera y por bajo, en la verticalidad y siempre buscar el pase entre líneas, insta a sus dirigidos a intentar, no le importa que se equivoquen en el momento porque esa es la función del entrenamiento: perfeccionar las jugadas para que al momento del partido salgan bien, hay que fallar en la práctica, no en el partido. También se incorpora la tecnología, los videos, Robles realiza estudio de sus rivales y cuenta con un asesor que analiza los videos de partidos anteriores de forma de estar preparados al momento de enfrentar al próximo rival, conocer sus virtudes y defectos y parar un equipo en relación a eso para el fin de semana.

Por su parte el calvo argentino tenía una actitud de pasividad frente al entrenamiento delegando incluso muchas funciones a su PF mientras el partía a trotar.

Finalmente en el tema de los descansos, con Llop los que jugaban el fin de semana tenían días de descanso, ahora con Robles entrenan todos (a menos que tengan alguna lesión), con mayor suavidad los titulares, pero de todas formas participan del entrenamiento, y terminado este, quienes no jugaron se quedan haciendo trabajo físico para estar a la par de sus compañeros en caso de cualquier eventualidad.

El cambio fue notorio, Robles demostró en estos partidos ser un buen DT en el tema táctico, en el trabajo día a día en entrenamientos, en lo que le compete a todo DT, pero tiene un agregado: está comprometido con el club y sólo quiere lo mejor para el Decano. Para Robles este no es un club más, él está a muerte con Wanderers, cómo no va a ser así si fue el encargado de levantar la copa de campeón en un estadio Nacional verde después de 33 años de sequía.

El choro le devolvió la mística a Wanderers, los jugadores se ven con mejor ánimo y mayor seguridad por lo que les transmite el nuevo DT. El futuro pinta bien, pero quedémonos tranquilos, no caigamos en el exitismo que tanto nos molesta de los santiaguinos, disfrutemos del presente pero con mesura, como diría «mostaza» Merlo: Vamos paso a paso, sin apurarse porque si seguimos así los triunfos llegarán solos.

¡¡ADELANTE WANDERERS!!