El partido fue similar al encuentro con Huachipato, el equipo se ponía rápidamente en ventaja pero sin mostrar buen juego. Cobreloa buscaba el empate y Santiago Wanderers esperaba para matar de contra, el empate llegó por un penal y la ventaja casi inmediata para los caturros de una pelota parada.

Luego del 2-1 vinieron los mejores minutos del equipo en lo que va de campeonato, al parecer al igual que en la primera fecha se olvidaron de las indicaciones de entrada y comenzaron a hacer su juego. En el segundo tiempo continuó el mismo ritmo, Cobreloa era sobrepasado por Santiago Wanderers y de no ser por la falta de finiquito el partido pudo haber terminado en goleada, esto hasta la mitad del segundo tiempo, cuando el equipo decidió echarse atrás y esperar. Urgían cambios para darle un nuevo aire al equipo que se veía algo cansado, pero nada.

Hasta que llegó el momento más extraño de la jornada, se disponía el ingreso de Fernando De La Fuente por Leonardo Valencia. Un cambio rarísimo donde De La Fuente se ubicaba como volante por derecha y Santiago Wanderers perdía a su jugador más rápido cuando se apostaba a la contra.

Pero esto no terminaría ahí, el DT haría ingresar a Cellerino por Mier, dejando como resultado un equipo que solo podía apostar al pelotazo frontal desde los volantes centrales a dos centrodelanteros lentos y pesados, el hecho de llegar al gol por esa vía solo era imposible. A ratos se llegó al absurdo de que el equipo recuperaba en la mitad pero no tenía con quien tocar ya que no habían volantes en la mitad de la cancha, retrasando la jugada, quitándole cualquier elemento sorpresivo y facilitando la labor de la defensa de Cobreloa, quienes solo debían cabecear hacia adelante, un final nefasto para un partido que estaba para golear.

Nuevamente se pierden puntos por culpa del técnico y sus decisiones incomprensibles para todo espectador ¿Hubo responsabilidad de Viana? ¿Hubo responsabilidad de Canales? Sí, pero estos son accidentes propios de cada partido, el partido se termina empatando porque se le regala la cancha a Cobreloa y se realizan cambios que terminan por matar cualquier intento de juego asociado.

Ya es inevitable preguntarse nuevamente ¿Hasta cuándo vamos a soportar a Ivo Basay? Es un técnico que ha hecho de su principal característica el error obvio, acciones que nos han costado puntos casi todos los partidos y nos tienen sumidos en la mediocridad. Por otro lado tampoco logra una regularidad en su juego, depende de la inspiración de sus jugadores y el mejor rendimiento del equipo aparecer (al parecer) cuando los titulares se olvidan de las instrucciones de entrada.

Pero no nos quedemos solo en la parte futbolística que es evidente para cualquiera que ve un partido de Santiago Wanderers. Es impresentable que Ivo Basay pase todo el partido sentado en la banca de suplentes, siendo Hisis y Morón quienes dirijan a los jugadores durante el encuentro. Ivo  solo actúa para determinar los cambios, que como ya sabemos son un desastre.

La raíz de todo problema

Vamos al día a día en Mantagua, ya es un secreto a voces que durante los entrenamientos son Morón e Hisis quienes hacen todo el trabajo, mientras “el hueso” se dedica a fumar sentado en el pasto, para luego tomar decisiones respecto al equipo, humillar a algún jugador o pelearse con algún otro trabajador de Santiago Wanderers. Según se sabe nadie en Mantagua se ha salvado de una pelea con Basay, motivado por su ego y prepotencia.

Común son los encontrones con los médicos por el tema de la recuperación de las lesiones, el técnico busca apurar a los jugadores desconociendo los diagnósticos de los profesionales, transformando una lesión simple en una larga recuperación para el jugador y un perjuicio para el equipo, Cellerino y Pol son ejemplos claros de esto solo en los cuatro partidos que van del actual campeonato.

¿Por qué creen que ahora los entrenamientos son a puertas cerradas? A Ivo no le convendría mucho que esto se supiera.

Desde esta humilde tribuna emplazo a los dirigentes a que respondan por que se mantiene en la institución a un hombre como Ivo Basay, ustedes conocen el día a día, el trato que tiene con funcionarios del club, jugadores profesionales, juveniles y su rendimiento está a la vista. El daño que este hombre le hace a la institución es tremendo, se está perdiendo el mejor plantel en años y todo por culpa de este sujeto.

¿Por qué aun no es cesado de su cargo? Si la razón es por un tema de dinero, pierdo toda esperanza de ver un Santiago Wanderers grande y ganador.

Señores dirigentes, el momento es ahora, den la cara y terminen con este cáncer llamado Ivo Basay, aun estamos a tiempo.