DIRIGENCIAL

En el plano directivo está claro que las determinaciones tomadas han carecido de concordancia con lo prometido. Ejemplos podemos encontrar varios: no potenciar a elencos de la capital con nuestros canteranos, consolidar a Wanderers en Primera en un plazo de 3 años, la elección de directores técnicos que nunca mostraron un rumbo claro (es cosa de revisar sus perfiles para darse cuenta que la mayoria difiere significativamente en cuanto a lo que proyectan en sus clubes, estilo e identidad de juego).

Pero este tema es conocido y la razón para mí es simple: las personas que toman decisiones importantes en Wanderers no saben de fútbol. Esto no quiere decir que sean malos empresarios, simplemente que el fútbol en sí, lo que es «cancha», no está dentro de sus aptitudes. Su error ha sido el no contar desde un comienzo con una persona que los guíe en ese aspecto. Creyeron que sería más simple pero la apuesta falló.

Sin embargo, tampoco se puede desconocer que la toma de decisiones ha mejorado en el último tiempo, o al menos así lo han intentado. La continuidad de Luna y Prieto, el traer a un jugador como Pol, el nombramiento a Elías Figueroa como asesor deportivo, dan buenas señales.

El tema del estadio es punto aparte. Acá se equivocaron por esperar soluciones de afuera cuando Wanderers, por lo que representa, debería haber tenido una solución de emergencia propia, como lo hizo Cobreloa.

HINCHAS

Muchas veces me lo pregunto: ¿qué quiere el hincha? ¿Qué es lo que quiere de Wanderers? Pero con esto no me refiero a las frases simples de ”poner huevos”. Voy al tema más de fondo de asumir la realidad, el material existente y, dentro de las posibilidades, intentar mejorarlo. Pero antes de todo eso debemos estar claros en lo que buscamos en todo sentido. Por ejemplo, en estos momentos, considero que Basay debería salir de Wanderers. Muchos recordarán que en su momento lo defendí, pero fue cuando el equipo aún mostraba algo en lo colectivo. Basay simplemente renunció a la poca identidad que le quedaba, que era la de tener elencos sumamente aplicados en la presión en medio campo, intentar recuperar ahí para luego pasar rápidamente a la banda y buscar terminar la jugada con algún centro o similar. Un ejemplo de estos buenos pasajes fue cuando se mantuvo la categoría el año pasado y uno que otro partido.

Pero si un técnico renuncia a lo que cree, de a poco se le va acabando el crédito, los jugadores dejan de creer y lo peor es que se confunden, bajando su nivel tanto en lo colectivo como en lo individual.

Pero ¿qué quiere el hincha? Ya estamos claros que el primer paso es la salida de Basay, pero ¿a quién queremos? Leyendo por ahí no sabía si reir o llorar. Algunos proponían que se le debia ofrecer a Garcés una buena suma para que saliera de un reality show y se hiciera cargo del equipo, otros hablan de que hay que traer «un viejo zorro», indicando como candidato a Hernán Godoy.

Con ello me doy cuenta que el desorden o desorientación que se vive en la dirigencia lamentablemente también se traspasa al hincha, y en eso este último no es culpable, ya que es por naturaleza pasional. El hincha entrega tanto en todo lo que rodea al fútbol que pedirle que además lo sepa analizar es mucho. Pero para eso están los medios informativos, y si el hincha se muestra desorientado, buena culpa tenemos.

Continúa…