Viernes 20 de abril del 2012 y el puerto salía a la calle a despedir a uno de sus símbolos, El Loro de Wanderers había partido del mundo terrenal y todo el pueblo wanderino salió a despedirlo con banderas, bombos, lienzos y cientos de S-A-N en homenaje a Osvaldo, pero como dijo El Alegría, hoy parte el hombre pero el Loro vivirá por siempre en este club.
Todo comenzó a eso de las 13:00 horas una iglesia llena con presencia de hinchas, jugadores y dirigentes del club acompañando a la familia del Loro en su último adiós mientras afuera calle Independencia se llenaba de hinchas, furgones, camionetas, quienes con banderas y bombos entonaban cánticos de despedida.
Al momento de la salida del féretro de la iglesia se multiplicaban los aplausos y el gran S-A-N que tantas veces el Loro hizo gritar a todo Playa Ancha, coronas de flores acompañaban su salida y los hinchas emocionados cantaban el himno del club.
Luego vino el recorrido por el puerto, la carroza parte hacia Pedro Montt pasando por la feria del Parque Italia donde Osvaldo pasó sus últimos días vendiendo artículos de Wanderers, en ese momento la columna de hinchas era impresionante, no importaba que fuera día laboral, había que estar presentes, furgones, micros y una gran mayoría a pie acompañaban el cortejo fúnebre siempre con banderas al viento y cánticos en la garganta, se llegó hasta Francia para luego tomar Av. Brasil, los automovilistas hacían sonar sus bocinas y la gente desde los edificios aplaudía al Loro, todo Valparaíso quería despedir a uno de los símbolos de Wanderers.
Una vuelta al mercado Cardonal para luego tomar Av. Argentina y luego Errázuriz donde la columna se extendía por varias cuadras, jóvenes, viejos, niños, mujeres, todos presentes, la familia wanderina en pleno en un multitudinario funeral, el Loro no merecía menos.
Llegada al muelle Prat para vivir el momento más emocionante de la jornada, el Loro era homenajeado por sus amigos lancheros quienes le darían un último paseo por la bahía pero acompañado por todos los hinchas, las lanchas se hicieron pocas para la cantidad de gente que llegó, más de 15 embarcaciones en el mar con sus banderas, bengalas, y cánticos, algo único en el mundo pero no debemos sorprendernos si finalmente este club es único al igual que su ciudad, alrededor de 20 minutos en el mar para terminar con un enorme S-A-N que se escuchó hasta en los cerros, difícil de describir lo que se sintió en ese momento, quizás solo basta enunciar el término «emocionante».
Para cerrar la jornada la caravana hacia el cementerio con pasada previa por el estadio donde tantas veces el Loro hizo retumbar el S-A-N, subiendo por Playa Ancha la gente salía de sus casas con banderas o lo que fuera para saludar al cortejo, los aplausos escoltaron su llegada hasta el campo santo.
La jornada terminó con la sepultura precedida de discursos de hinchas, familiares, amigos y dirigentes, representantes de todos lados desde el presidente del club hasta el hincha más humilde una radiografía de la transversalidad que logra Wanderers y logró el Loro, un gran S-A-N comandado por El Alegría al estilo de Osvaldo «Atención muchachos el grito, S-A-N, SAN, S-A-N, SAN, S-A-N, SAN, SAN SAN SAN SANTIAGO WANDERERS DE VALPARAISO»
Un hecho tan triste como es la partida de un ser querido terminó transformándose en una fiesta porteña y es que El Loro no podía ser despedido de otra forma si no era con Valparaíso y Wanderers, con los cánticos y gritos, con los bombos y las banderas, con la gente, con su gente a la que tantas veces hizo gritar en nuestro viejo y querido estadio Playa Ancha, una despedida única para un hincha único en una ciudad única por parte de un club único, si finalmente el cántico lo dice claramente «y ya se siente la hinchada está presente, porque esta es diferente a todas las demás»
Hasta siempre Loro, tu recuerdo y tu espíritu vivirán por siempre en tu querido Santiago Wanderers de Valparaíso.
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