Año 2009. El diario español El País, tiene a Xavi e Iniesta como protagonistas, jugadores del FC Barcelona que detallan algunos conceptos futbolísticos. Dos de los mejores futbolistas de los últimos tiempos. Lanzan ideas varias, cuentan una que otra anécdota y se alaban mutuamente. Entre la conversación aparecen Rijkaard, Aragonés, Guardiola, el orden y la disciplina.
“En un colectivo tiene que haber orden y disciplina…” dice Xavi Hernández, mientras que Iniesta habla de que “hay una manera de entender el fútbol”, refiriéndose al Barcelona de Guardiola. El mismo entrenador que según los medios germanos, estableció un reglamento o catálogo de sanciones en el Bayern München (hizo lo mismo en España), ya sea por llegar atrasado, vestir inadecuadamente o tener sobrepeso; algo así como un código de disciplina. Todos bajo la misma vara. Guardiola es multicampeón y sabe muy bien lo que hace.
Podríamos concluir en pocas palabras, que el colectivo entiende el fútbol de una sola manera. Dentro y fuera de la cancha. Hay objetivos concretos, de los cuales todos se sienten -y deben- sentirse parte.
Año 2017. Capello, Parreira, Tite y Bielsa se reúnen en Brasil. La cita se titula “Somos Fútbol”, instancia organizada por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Cuatro monstruos que dictan cátedra de fútbol, como una clase magistral. Allí, Marcelo Bielsa habla sobre el respeto (para complementar a Fabio Capello) diferenciándolo con el concepto de disciplina: “respeto habla de horizontalidad, disciplina habla de verticalidad. La verticalidad en el fútbol no funciona a largo plazo, funciona a corto plazo.”
Y aquí tenemos la tríada del orden, la disciplina y el respeto. Tres conceptos que, relacionados entre sí, solo pueden traer éxito deportivo. Lo básico está aquí, después le sumamos el talento y la inteligencia.
Año 2019. Santiago Wanderers es un equipo de la división B, una categoría mediocre futbolísticamente, en la que tradicionalmente se destaca más la fuerza que el fútbol.
Mal rendimiento, nula idea futbolística, indisciplinas y poco compromiso. No existe orden, disciplina ni respeto. Wanderers es un equipo decadente, con un cuerpo técnico intrascendente y poco riguroso.
La consigna siempre ha sido subir a Primera División lo antes posible, pero el panorama nos muestra un camino complejo, cada vez más difícil y pedregoso. No se visualiza a corto ni a largo plazo una solución. El cuerpo técnico carece de respeto y los jugadores de orden y disciplina.
Para sacar adelante la tarea se necesita fútbol, fútbol y más fútbol. No hay excusas, porque cuando se tiene tiempo libre, también se puede estar aprendiendo de fútbol, por último, jugando FIFA.
Exijo respeto
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