Desde esta humilde tribuna hago un llamado a los hinchas del Decano a movilizarse, no solo se trata de Moisés Villarroel, sino que no podemos seguir en la pasividad mientras día a día destruyen nuestro club.

Moisés Villarroel no tuvo un buen 2013, jugó poco y nada, tampoco lo hizo de buena forma cuando le tocó ingresar. Los años no pasan en vano y es innegable que el retiro está cerca o incluso podría ser una realidad.

Sin embargo alguien que ha pasado prácticamente toda su vida ligada al club, siendo protagonista de los mejores momentos de este, así como poniendo la cara en los pasajes negativos lo mínimo que merece es un poco de respeto por parte de la institución al momento de tratar su retiro.

¿Quién se cree Ivo Basay para decirle a Moisés Villarroel que tiene que irse de Santiago Wanderers?

Un técnico que lleva un año fracasando en el club, que no muestra idea de juego alguna, que tiene un pésima relación con los jugadores de las divisiones inferiores en el que se supone es un club formador y que por si fuera poco tiene el rechazo total de toda la comunidad wanderina debido a su desempeño y actitudes en el club.

A ratos se puede pensar que este colocolino soberbio y fracasado quiere limpiar el camarín de referentes y líderes para no tener contrapeso dentro de este.

¿Cómo es posible que la dirigencia no busque una salida consensuada?

Se supone que los directivos de un club están para velar por los intereses de este. Está bien que el cuerpo técnico decida cuales son los jugadores que necesita, pero aquí estamos frente a un caso especial. Moisés Villarroel es el máximo referente de esta institución, es un líder en el camarín y un ejemplo para los más jóvenes, no es alguien a quien uno le pueda decir: gracias por todo ahora váyase.

Perder a Moisés Villarroel es perder a un icono que alimenta nuestra esencia wanderina, esa que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo desde la llegada de la SA y esto se ha apresurado durante el 2013 con Ivo Basay, quien parece hacer todo contrario a lo que el hincha espera de su equipo.

¿Y los dirigentes de la Corporación? Quienes se supone son los encargados de representar el sentir de los hinchas frente a la sociedad anónima como era de esperar brillan por su inactividad y silencio.

A la espera de declaraciones oficiales del jugador la rabia e impotencia es grande, no solo por lo que pasa hoy con Moisés Villarroel, sino por ver como esta gente está matando la identidad de Santiago Wanderers que tanto ha costado construir durante 121 años y se puede hacer poco al respecto. ¿Ahora quién le enseñará a los jóvenes y recién llegados que es Wanderers? Dudo que alguien pueda hacerlo mejor que Villita.

No permitamos que esto siga, los versos de nuestro himno en estos momentos cobra más sentido «Por siempre juremos, defender la honra y el nombre del club»

Santiago Wanderers para los wanderinos, deber de los wanderinos es conseguirlo.