Santiago Wanderers desperdició la chance de pelear por un cupo en la liguilla pre Copa Libertadores luego de perder de forma inapelable frente a Unión Española en Santa Laura. Más allá del resultado el equipo futbolísticamente ofreció su peor versión en lo que va del torneo, nuevamente de la mano de errores groseros por parte del técnico Ivo Basay.

En la previa el partido frente a los hispanos era una final, de ganar el Decano se metía en puestos de avanzada, de perder quedaba condenado a la mitad de la tabla, una previa parecida a la del Clásico Porteño perdido en el torneo de transición. Esta vez los hinchas esperaban que el cuerpo técnico y los jugadores hubiesen aprendido de sus errores y lograran imponerse, como lo haría cualquier equipo que pelea los primeros lugares de la tabla.

Nada de eso ocurrió, Santiago Wanderers cayó de forma inapelable ofreciendo el peor juego en meses, nuevamente el DT volvía a equivocarse de forma increíble en el planteamiento y lectura del partido, dejando un equipo quebrado en cancha que no le hizo ni cosquillas a su rival.

Todo comenzó con la lesión de Jorge Ormeño, sin el capitán se quería a un jugador que acompañara a Méndez y Sagredo en la mitad de la cancha, alguien que pudiese dar una salida limpia para el conductor y a la vez convertirse en un socio para López Macri por el sector derecho. ¿Quién fue el elegido? Andrés Robles, un jugador que no cumple ninguna de estas funciones, sino que naturalmente se retrasa en la cancha, pero a la vez tampoco recupera convirtiéndose realmente en un estorbo para Méndez quien muestra su mejor versión como único volante central.

Santiago Wanderers no tenía recuperación en la mitad de la cancha y a la vez no tenía salida limpia, López Macri era un huérfano que tuvo más participación apoyando a Luna en la marca que atacando como puntero derecho, mientras que Sagredo, Pol y Donoso debían retroceder hasta la mitad de la cancha en busca de alguna pelota que les permitiera realizar un avance, pero todo de forma individual, el equipo no tenía fútbol asociado y el rival manejaba el partido a su gusto.

Para completar el cuadro la defensa tenía un forado tremendo en el lado derecho, Ezequiel Luna nunca adoptó la posición de lateral siendo la puerta de entrada perfecta para los ataques del local. Frente a Universidad de Concepción había tenido los mismos problemas por su banda, sin embargo el técnico lo ratificó como titular. ¿Unión Española atacaba por las bandas? Al parecer eso no importó durante la semana en Mantagua, o simplemente nunca supieron.

Con este escenario nefasto todo el mundo esperaba cambios para la segunda mitad, estos llegaron, pero como es la tónica en la era Basay no ayudaron en nada a solucionar el problema. Se improvisó un extraño rombo en la mitad de la cancha, desconocido para los jugadores, se retira de la cancha a López Macri quien en los partidos anteriores era uno de los principales agentes de descarga y ataque del equipo, nunca se dio solución al problema de Luna por la derecha pese a que hasta para un niño de cinco años era evidente la nula marca en esa zona.

El Decano fue un desastre futbolístico, de principio a fin del partido, solo cabe «destacar» los primeros 15 minutos del segundo tiempo en los cuales se lograron un par de llegadas gracias a la sociedad entre Toloza y Sagredo, sin embargo no pasó mucho tiempo para que el rival se diera cuenta de ello y ordenara sus líneas para contrarrestar los ataques wanderinos, promediando el segundo tiempo el partido se acabó.

La situación es frustrante, no puede ser que un técnico se equivoque tanto en la previa y a lo largo de un partido, llega a dar rabia ver como todo aquel que ve el partido se de cuenta de los problemas y no así quienes están sentados en la banca. Tanto tiempo tuvo que pasar para encontrar un esquema y un grupo de jugadores que entregaran un rendimiento aceptable para que el técnico venga a cambiar esto en el partido más importante.

La ilusión era meterse en los puestos de avanzada, pelear por algo más que solo mantener la categoría, sentirse protagonistas del torneo, pero nada, nuevamente en los partidos decisivos se cae y de la peor forma, por ahora Santiago Wanderers sigue siendo un equipo de mitad de tabla y aunque duela decirlo, jugamos como equipo chico.