En la vida hay días, semanas, meses o años que jamás se olvidan. Esos momentos que quedan guardados por mucho tiempo o en el caso de ser muy buenos, para siempre. Un beso, un libro, un partido, una fiesta, un viaje, un trabajo o un campeonato. El 2018 para Wanderers fue de olvido, ilusión, recuerdo y reflexión. Tuvimos de todo: risas, llanto, miedo, ilusión y frustración, mucha frustración.

Nicolás Córdova, Moisés Villarroel y Miguel Ramírez. El primero tuvo un 26,6%, el segundo un 36,1% y el último un 74,5%. El rendimiento y las decisiones en la dirigencia nos costaron bastante caro, pero nos enseñaron a no dar nada, absolutamente nada por perdido.

De los 50 goles en el torneo, 5 fueron marcados en la era Córdova, 13 en el paso de Villarroel y 32 en el proceso de Ramírez. Gutiérrez hizo 12, Castro 10 y Viotti 8: 30 en total.

En la primera parte del torneo, no hubo idea de juego. Situación que cambió drásticamente con la llegada de Miguel Ramírez.

Nunca es tarde para dar un golpe de suerte.

Será imposible no pensar en Mauricio cuando estudies biología, la misma rabia te hará recordar a uno de los peores jugadores en la historia del club. Será imposible no pensar en Reiner cuando estudies historia de América o te encuentres con Andrés Bello en algún billete, porque de un momento a otro querrás correr como el viento. Será imposible ver al número 22 del Real Madrid y no recordar a Francisco, que pelota tras pelota en el medio campo, siempre derrochó belleza y garra. Será imposible tomar una micro desde Viña a Valparaíso y no recordar a Mauricio, el único que jugó todos los partidos del torneo y que, aun teniendo la visión tapada por sangre, quería seguir en la cancha. Y así hay muchos, que para bien o para mal, nos entregaron muchas sensaciones en un torneo que esperamos olvidar muy pronto.

Se falló en la manoseada “Operación Retorno”, pero siempre hay más oportunidades. Y es aquí donde debemos poner las ganas y toda la fuerza. Algunos se fueron, otros llegaron y varios se quedaron.

La historia es nuestra y la hacen los verdes, dentro y fuera de la cancha. Comenzará un nuevo torneo, con el mismo hombre orquesta, con el mismo tipo que nos hizo soñar y nos entregó la ilusión que habíamos perdido durante tanto tiempo.

¿Otro esquema? ¿Nuevos jugadores? ¿Rivales complejos? ¿Más presión? ¿Más ansiedad?

Los números nos dicen que sí se puede, la historia nos dice que sí se puede. Esta vez no pudimos volver donde queríamos, tuvimos que esperar el próximo vuelo.

Y es así, Matías, Juan Carlos, Ezequiel, Mario, Bernardo, Luis, Kevin, Agustín, Marco, Felipe, Adrián, Gabriel, Lionel, Nelson, Gustavo, Jorge; estamos con ustedes. De la mano de Miguel, vamos a volver.

Ya tengo el pasaje a Playa Ancha, yo no me lo voy a perder.