Pese al cambio de DT Wanderers volvió a caer en el campeonato de clausura acumulando la racha de 17 partidos sin ganar (15 por el campeonato) ya hundidos en zona de promoción a solo un punto del descenso directo y viendo como los rivales de más arriba se alejan cada vez más, todo es cuesta arriba para el Decano.

Luego de la salida de Salah y el interinato de Robles que solo duró un partido llegaba Ivo Basay al puerto, un técnico que no generaba mucha simpatía entre los porteños por su mala campaña reciente en el equipo blanco de la capital, sin embargo con el ex delantero ya ratificado solo quedaba apoyar y esperar que levantara a un equipo que se veía muerto. Basay fue el único que quiso tomar este fierro caliente y si lo hizo fue porque tiene la convicción de poder sacar esto adelante por lo que más allá de aprehensiones negativas que se tuviesen hacia su persona había que apoyarlo porque si le va bien a el nos va bien a todos.

Poco trabajo futbolístico se podía hacer en tres días de entrenamientos sin embargo ya habían unos cambios de esquema, se volvía a la cuestionada línea de cuatro en defensa con la sorpresa de que ingresaba Schultz por la derecha dejando en la banca a un irregular Opazo, en la mitad de la cancha solo tres hombres Ormeño, Ordenes (en reemplazo del lesionado Mendez) y Moreno para dejar en delantera a Silva, Salmerón y Cólzera, otro punto importante era el cambio de arquero, después de más de un año Reyes volvía a atajar en un partido del campeonato.

Un partido muy malo de ambos equipos respaldando la baja posición en la tabla anual, ni el local ni la visita lograban llegar con claridad al arco contrario, San Felipe esperaba y Wanderers trataba de ser protagonista pero nuevamente sin profundidad, Tressor Moreno era un fantasma en la cancha y jugadores como Schultz, Silva y Órdenes confirmaban su bajo rendimiento de fechas anteriores. Pese a los gritos de Basay y algo más de actitud que mostraba Wanderers en cancha en comparación a la pasividad con que jugaba antes, esto no era suficiente, no había forma para llegar al arco contrario.

Daba la impresión de que el partido se definía por un error o una genialidad y asi fue, se combinaron ambos factores en un contragolpe de San Felipe donde ninguno de los cuatro defensores wanderinos marcó o siquiera apuró a sus rivales, un jugador del equipo local remata fuerte desde la entrada del área frente a la mirada de un Schultz paralizado, la pelota da un bote extraño y le pasa x abajo del cuerpo a Reyes, 1-0 y todo cuesta arriba nuevamente.

Luego del gol el partido parecía acabarse, porque Wanderers hace más de un año que no da vuelta un marcador, porque en la banca solo habían defensas y porque el equipo no jugaba a nada ni se acercaba al arco del local. Tressor Moreno jugó diez minutos para ilusionar con el empate pero no alcanzó, más allá de forzar en par de corners Wanderers nunca complicó a un ordenado San Felipe quien terminó festejando mientras los jugadores caturros partían tristes a camarines.

Con el escenario actual las prioridades parecen cambiar, salvarse de todo peligro es casi imposible y el Decano tendría que jugar pensando simplemente en no caer en descenso directo, esa es nuestra triste realidad y de no ganar el sábado a Universidad de Concepción al parecer ya no habría vuelta atrás tomando en cuenta el complicado fixture que tenemos.

Responsables

Dirigentes por no armar un plantel competitivo, por dejar partir a nuestras figuras y no reemplazarlos como debieron, no me digan que no tienen culpa si es que venden a Mena, Muñoz (quien nos salvó el 2010), Ubilla (quien nos salvó el 2011), dejan partir a Barra, Jiménez, Rusculleda. Si llevamos más de tres años pidiendo laterales y ellos no responden dejando a Wanderers con la peor defensa del campeonato, si aducen que no es necesario traer refuerzos ya que tenemos jugadores para suplirlos de buena manera siendo esto totalmente falso, si se equivocan año tras año con la contratación del técnico perdiendo tiempo, recursos y terminando todos los años con la misión de salvar la categoría mediocremente, si finalmente no les importa en nada el éxito deportivo de Santiago Wanderers.

Los primeros responsables son ellos y en caso de que ocurra lo peor como sería un descenso tienen la obligación de renunciar por llevar a la B a un equipo con una plantilla millonaria.

Luego viene el cuerpo técnico anterior quienes dejaron un plantel sicológicamente muerto con na racha negativa de partidos muy difícil de revertir, debieron renunciar antes y no lo hicieron, dejando a Wanderers colgando.

Finalmente están los jugadores, muchos que no merecen vestir la camiseta verde no por su mal juego, sino por su actitud en la cancha, en sus declaraciones previas hablan de dejar todo pero a la hora del partido la actitud es otra y todos lo podemos ver, no puede ser que Ormeño y Villarroel con 36 años corran más que jugadores de 22 años, no puede ser que si pierden una marca vuelvan caminando a recuperarla, no puede ser que marquen a tres metros de distancia al rival dándoles una invitación a pegarle al arco o lanzar un centro.

Como pocas veces pasa en Wanderers los jugadores tienen todas las comodidades incluyendo sueldos millonarios y responden peor que aquellos que jugaban sin cobrar, da pena y da vergüenza porque esta es una institución de lucha pero lo que tenemos ahora es un grupo de millonarios sin compromiso salvo ciertas excepciones como Villarroel, Ormeño, Méndez o Reyes.

La situación es crítica, para salvarnos de todo peligro se deben lograr al menos 5 triunfos en 9 partidos con partidos históricamente complicados para Wanderers como son las salidas al norte o enfrente a Universidad de Chile, solo se puede apostar a un milagro, a que Basay logre hacer funcionar a estos jugadores para salvar la categoría una vez más para que los 120 años del club no sean recordados con un vergonzoso descenso.