Mauricio Prieto llega a mediados del 2012 a Santiago Wanderers de Valparaíso, después de que su representante en aquel momento le contara la opción que existía en Valparaíso. Sobre esa experiencia, el defensor caturro admite: «yo conocía a la institución, aparte ya había cumplido un ciclo en River Plate de Uruguay y quería tener otra experiencia en el extranjero y seguir creciendo en mi carrera. Empecé a investigar más a fondo con amigos que estaban jugando en el fútbol chileno y cuando les conté me dijeron que ni lo pensara, que me fuera, que es un tremendo equipo y llevaba mucha gente con hinchas muy fanáticos». Así comenzaría su historia en el Decano del fútbol chileno, una de altos y bajos pero siempre mojando la verde.

Prieto comenta que siempre dentro de sus objetivos estuvo dejar en alto a la institución y defenderla a muerte, a pesar de que al principio no fue fácil porque los porteños peleaban el descenso. «Nunca me había tocado esa situación, pero gracias a Dios pudimos salir adelante», sostiene el central.

Los torneos siguientes serían relativamente mejores, pero no lo que se esperaba, hasta que llegó el Apertura 2014-2015, un campeonato increíble que lamentablemente no terminó como todos queríamos. Al respecto, el uruguayo afirma: «creo que lo merecíamos, pero lamentablemente no fue así (…) por eso he pasado de todo en Wanderers, he aprendido mucho y me encariñé demasiado con la institución y sus hinchas. En todo este tiempo me han demostrado mucho cariño y el reconocimiento de todos, que es lo más importante, y quiere decir que he estado a la altura del club y su historia, por eso estoy muy agradecido».

Su relación con todos los integrantes del equipo siempre ha sido óptima, desde que llegó a Mantagua con Arturo Salah como técnico del verde, pasando por el gran capitán Moisés Villarroel, que ofreció su ayuda en cualquier cosa que necesitara. Rápidamente, el «Uru» se sintió como en casa. «Es muy importante el ambiente de trabajo también, jamás tuve problemas con alguien, es un plantel muy sano y de muy buenas personas», asevera respecto a cómo se ha desenvuelto en la institución del puerto.

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La alabada línea defensiva

Desde su llegada, Prieto ha sido uno de los puntos altos. Si se suma el arribo de Ezequiel Luna y sus compañeros nacidos en la cantera verde, la alabada línea defensiva caturra ha traído muchísimas opiniones positivas: Sobre eso, el charrúa admite que «con Ezequiel (Luna), desde que llegó, partido a partido nos hemos complementado el uno al otro, afianzándonos y conociéndonos más. Es un jugador muy importante y con mucha experiencia. Agustín (Parra) es también un muy buen jugador, nos hemos acomodado muy bien a la línea de tres».

Lamentablemente, tras la lesión de Parra, la línea de tres dejó de ser, hasta la aparición del joven Mario López, de quien cree tiene un gran futuro por delante. Sobre sus otros compañeros, Prieto destaca: «tampoco quiero dejar pasar a Juan Abarca, un jugador con mucha experiencia, ni hablar de Óscar Opazo y Franz Schultz, buenos laterales del fútbol chileno, también Gonzalo Barriga, con el que también nos ha tocado jugar mucho y nos hemos adaptado muy bien».

La renovación

2Mauricio nos confidencia que su primera renovación estuvo a punto de no ser tal por temas relacionados a las negociaciones con el club, pero la intención de seguir en el club fue más grande y el defensor estuvo dos años más en los verdes. Sumado a eso, Wanderers compró el 50 por ciento de su pase a River Plate.

Al terminar este contrato por dos años, Prieto nuevamente está en conversaciones para seguir en Wanderers, tal como siempre ha sido siempre su convicción. «Mi intención es seguir en acá, por todo lo vivido en estos tres hermosos años (…) viendo mi situación -terminó contrato tanto en Wanderers como en River Plate y el pase quedó en su poder-, creo humildemente que fui un aporte al club».

Por lo anterior, el central del verde pensaba que las cosas serían mucho más fáciles. Se ilusionaba con poder quedarse por algunas temporadas, quizás tres o cuatro años, pero lamentablemente las cosas no han sido así: «Me desilusioné un poco cuando me ofrecieron quedarme solamente un año con las mismas condiciones, se desmoronaron las ideas que tenía. Yo no accedí y tuve una contrapropuesta, que es de dos años mínimo y aún no me han respondido nada…».

«Sigo esperando la respuesta para ver qué va a pasar con mi futuro, siento que esta situación podían haberlo solucionado por sí o por no antes, por un poco de respeto. En este tiempo he tenido varias ofertas de otros equipos de Chile, Uruguay y Ecuador pero siempre mi prioridad es Wanderers y esperaré hasta lo más que pueda«.

Respecto a su sueño, si sigue en Wanderers es claro: «lo primero que se me ocurre es salir campeón con el club. Después objetivos más pequeños, tratar de dejar la valla menos vencida y dejar todo en cada partido que me toque defender a esta gran institución. Poder jugar la Copa Sudamericana y, por qué no, soñar con algo importante y quedar en la historia de Wanderers por más grande o pequeño que sea el objetivo que pueda cumplir».

Mauricio no olvida lo importante que han sido los hinchas caturros durante toda su estadía en el Decano y agradece por todo el apoyo dado. «Nos quedó demostrado que no importa cómo le vaya al equipo, son incondicionales y son los que hacen grande al club (…) no tengo ninguna duda, podrán pasar jugadores o dirigentes y cuerpos técnicos pero los que quedan siempre serán los hinchas (…) espero esto no sea una despedida y poder volver».