Actualmente Juan Olivares se desempeña como preparador de arqueros de las series menores del decano, confiesa que es feliz con su trabajo, pues “los chicos me responden en todo momento. Hay muchos que vienen a entrenar a Mantagua desde distintas localidades de la región y hacen un esfuerzo tremendo para llegar acá. La práctica termina casi de noche y al chico le espera un viaje de una hora y media para regresar a su hogar, pero se va feliz porque está cumpliendo el sueño de entrenar con Wanderers. Eso me deja muy contento.”

Siendo reconocido como uno de los mejores arqueros en la historia del fútbol chileno, trata de traspasar su experiencia y conocimientos a cada uno de sus dirigidos: “a ellos les inculco que el arquero tiene que vivir el partido, no estar de brazos cruzados apoyado en el poste como era en la época que yo jugaba, tiene que estar en permanente movimiento. Siempre les digo que trabajen, yo cada vez que terminaba mi práctica me quedaba trabajando el saque, porque es el primer avance de su equipo, y para eso tiene que pegarle muy bien a la pelota y mandarla donde quiere que vaya.”

Varios son los porteros que en su trabajo como formador Olivares ha visto pasar por Wanderers. Recuerda de especial forma el caso de Luis Marín: “tiempo atrás acá había un gerente, a quien le recomendé que tenía que contratar a Luis Marín, pero él dijo que no había dinero. Le dije: ‘pero cómo don Carlos, si sólo vale 400 mil pesos el pase de este chico y tiene muy buenas condiciones’. No hubo caso.  Después llegó otro arquero del cerro Cordillera, Germán Sotelo. El papá se ponía con 200 mil pesos para que el club pagara 200 mil no más… tampoco. Hoy es seleccionado chileno de la sub-25 del ascenso. Así han habido otros que llegaron acá, como Alex Varas, que venía de una actuación más o menos en Audax, por lo que estaba un poquito bajoneado. Llegó acá y se fue a la selección Chilena. Recomendé la contratación de Carlos Toro, en un principio no lo querían contratar porque no había salido bien de Everton en su época, pero yo les hice ver que todos en la vida necesitamos una segunda oportunidad. ‘Este joven está casado y tiene una hija, me prometió que esto lo hacía por ellas, que había cambiado y necesita una oportunidad’ les dije. En ese tiempo estaba don Reinaldo Sánchez, quien me dio a entender que si este chico se mandaba una embarrada yo me iba con él. ‘Bueno, hágalo no más’ le dije, y este joven agarró primero la titularidad y después fue seleccionado chileno. Esos han sido algunos de mis pasos acá, de lo cual estoy muy contento, porque me siento con una respuesta muy buena de todos los arqueros.”

Primer equipo

Los tres porteros que conforman actualmente el primer equipo fueron en su momento pupilos de Juan Olivares. En el caso de David Reyes ve en él a “un jugador que se sacrificó mucho, que tuvo que esperar un buen tiempo para ser el arquero titular de Wanderers pero lo consiguió. Eso es mérito de él, a veces se bajoneaba un poquito, pero ahí estaba yo respaldándolo, le decía: ‘escucha, ya va a llegar la oportunidad y cuando llegue, te va a pillar muy bien paradito, porque estás trabajando bien, pero tienes que tener calma’. Así lo hizo.  Lo mismo que Viana, y está esperando el ‘monito’ Yáñez, y detrás viene José Lafrentz y Castellón, dos buenos elementos, y así muchos  más que vienen de las menores.»

Juan Olivares, arquero titular del equipo Santiago Wanderers del Bicentenario. Foto: santiagowanderers.cl

En cuanto al presente del equipo, Juanito parece tener claro el panorama: “viene mucha gente de abajo, pero necesitamos gente que ordene y oriente a los jóvenes que están destacándose en estos momentos en el club, porque no se trata sólo de correr y correr en la cancha, de momento hay que tener la calma suficiente como para definir un partido. Hace falta gente de experiencia, que inculque a los más jóvenes cuando hay que apurar, cuando hay que tener calma y cuando hay que meter, porque al equipo de nosotros lo ven muy livianito. Ojalá que las contrataciones que haga el club en este momento sean las adecuadas, para que no estemos viviendo lo que pasamos en la primera parte del campeonato y se haga lo mejor por Wanderers, para que así la gente esté tranquila y podamos disfrutar domingo a domingo cuando juguemos en nuestra cancha. Que volvamos a ser un equipo inexpugnable, que no nos ganen, y si se empata, que se vea que el otro equipo salió de rodillas de Playa Ancha, y si se pierde, que sea corriendo y luchando todo el partido.  Que Wanderers vuelva ser lo que fue: un equipo aguerrido con mucha vergüenza deportiva, como teníamos el 68: un equipo de mucha marca, esfuerzo y sacrificio.”

Relación con la parcialidad caturra

El nombre de Juan Olivares es reconocido hoy por varias generaciones de wanderinos que ven en él a uno de los más grandes jugadores que han vestido la camiseta verde del decano y cuya trayectoria, entrega, humildad y dedicación por su trabajo, hacen elevar su figura a la categoría de ídolo del club. Juanito se muestra consciente y agradecido del cariño de la hinchada: “creo que eso se debe a que siempre fui muy respetuoso de ellos. Cuando era una figura del del fútbol chileno, quien se me acercara con la mayor honradez y me decía: ‘tengo un hijo que está enfermito, quiero ver si lo puede ir a visitar don Juanito, porque es admirador suyo’, me dejaba la dirección y yo iba encantado, sin problemas.  Yo nunca perdí el conocimiento de dónde venía; mi familia era muy humilde, de mucho esfuerzo. El reconocimiento de la gente es porque siempre me identifiqué y entregué al máximo por este club. Jugué 13 años en Wanderers, estuve en 2 campeonatos y en el ascenso del 78. Nunca me fui al descenso con Wanderers, pero sentí mucha pena cuando el club no estaba en el sitial que se merecía. Siempre que se fueron al descenso yo estaba en otro club y miraba que se habían hecho mal las cosas. Sufría igual como sufren los porteños, y ojo que soy viñamarino”.

Sin lugar a dudas Juan Olivares es uno de los máximos ídolos del decano y estas líneas no son más que un sincero reconocimiento a la carrera y trayectoria de un gran jugador y una mejor persona, que ha entregado parte importante de su vida a esta institución de nombre Santiago Wanderers.