"El medio futbolístico ensalzó a quienes no correspondía, festejó y alentó conductas inapropiadas" | Fotograma: www.documentalojosrojos.com

Con el inicio del Mundial pareciera ser por estos días una necesidad popular in crescendo el empaparse de fútbol y de Selección. Enterarnos de todo lo que pasa entorno a Marcelo Bielsa y sus muchachos, conocer sus historias de vida, cómo piensan y qué sienten, se han transformado en la obsesiones de un pueblo ansioso por vivir las emociones propias de una cita a la cual Chile concurre menos de lo que quisiera.

Fue en la búsqueda de esa satisfacción que decidí ir a ver el documental “Ojos Rojos” de los realizadores Juan Ignacio Sabatini, Juan Pablo Sallato e Ismael Larraín, resultado final de un extenso trabajo de ocho años en torno a la escuadra nacional. La trillada arenga “Chupete y la concha de tu hermana, te quiero ver” del preparador físico Luis María Bonini a Humberto Suazo en el Estadio Centenario me hacía creer que encontraría en la cinta una anfetamina que acelerara el ritmo de mis pulsaciones.

Sin embargo, el trailer es engañoso, pues lo que uno encuentra en la pantalla dista mucho de lo que se nos ha hecho creer en la sinopsis. No aumenta los latidos, no hace trabajar los lagrimales ni tampoco colma de optimismo el espíritu del hincha. No nos muestra el sufrir del jugador chileno y nos prohíbe empatizar con sus penurias, lamentar sus desgracias y alegrarnos con su trabajado éxito.

"Cada espectador con un mínimo de conciencia se sonrojará al ver el documental" | Fotograma: www.documentalojosrojos.com

Al contrario. La obra es una bofetada directa y despiadada a nuestro orgullo de hincha y creo tiene como propósito vedarnos el acceso al carro de la victoria por ser indignos de subirnos. Dicha prohibición nace de la vergüenza propia que surge al ver nuestras  imperfecciones, porque eso es precisamente esta película: un espejo.

Así fueron pasando las imágenes y entonces recordé horrorizado como flagelábamos injustificadamente a nuestros jugadores, mofándonos masivamente de ellos con los «olés» coreados mientras Paraguay nos superaba 3-0 en el Estadio Nacional. Sí, injustificadamente, porque no existe razón o excusa alguna que haga permisible tal acto de bajeza.

Me percaté al fin de que más allá del rabioso cántico contra el DT Juvenal Olmos en las Clasificatorias 2002  la culpa que le cabía en esa eliminación era menor a la que le hemos achacado, pues fue justamente el medio futbolístico que lo condenó, el mismo que por años ensalzó a quienes no correspondía, festejó y alentó conductas inapropiadas como aquel despacho del inefable Claudio Sánchez en medio de la turba que apedreó la embajada de Brasil tras el retiro de La Roja en las Clasificatorias de 1990 transformándose entonces en impune coautor de ese fracaso. “Deberían sentirse avergonzados los brasileños”, dijo aquella vez el notero.

"Me enrabié al ver el desprecio de las grandes compañías de comunicaciones por los pequeños medios locales". | Fotograma: www.documentalojosrojos.com

Me espanté con la sabida ignorancia y poco entendimiento de una prensa deportiva que proclama ser profesional y perita en la materia, pero que es incapaz de manejar conceptos básicos como la diferencia entre la táctica y elección de los jugadores como ocurrió con el reputado Sergio Gilbert de El Mercurio. Y me enrabié al ver el desprecio de las grandes compañías de comunicaciones por los pequeños medios locales tales como la Radio El Lago de Futrono, que intentan dentro de sus limitadas posibilidades llevar el transitar de “La Roja de Todos” hasta los rincones más alejados de nuestro país.

Es por todo esto que pienso que cada espectador con un mínimo de conciencia se sonrojará al ver el documental, pues descubrirá o recordará que estamos lejos de ser un pueblo de sentimiento futbolero y que nuestros logros son el fruto del trabajo y la fe irrestricta de unos pocos, que además del empeño, deben realizar la extraordinaria labor de luchar contra las trabas que el propio medio planta en su camino. En definitiva nos comprueba empíricamente que somos más dueños de nuestros fracasos que de las escasas victorias.

No esperaba ver lo que vi, pero vaya que hacía falta verlo.

«Ojos Rojos»
Género: Documental
Realizadores: Juan Ignacio Sabatini, Juan Pablo Sallato e Ismael Larraín.
Duración: 86 minutos