Un poco de historia

El pasado mes de mayo se cumplieron 100 años de la primera vez que Santiago Wanderers de Valparaíso y Everton de Viña del Mar (aunque por largos años fue Everton de Valparaíso, recién en 1934 se asentó en la ciudad jardín) se enfrentaron en una cancha de fútbol, sin duda ninguno de los que disputaron ese encuentro o lo presenciaron sospechaban la repercusión y tradición que este tomaría con los años y décadas.

En efecto en esa época Wanderers comenzaba a recorrer el camino que lo llevaría a ser el equipo más popular de Valparaíso, siendo su rival y clásico el club “La Cruz”. Tanto así que de los 20 títulos en disputa en la Liga de  Valparaíso en las décadas del 20 y 30, 14 se repartieron entre Wanderers y La Cruz. Recién en 1924 (subcampeonato) y con su primer título (1928) Everton logro destacar.

clasico1Los recesos que Everton sufrió tanto a finales de la década del 20 como a inicios de la década del 30, sin duda atentaron además para el asentamiento en dicha época de una rivalidad deportiva entre ambos clubes.

No es sino hasta el traslado de Everton a Viña del Mar, e incluso con el inicio de la competencia profesional porteña y posteriormente en la Central (hoy ANFP), que la rivalidad termina por instalarse, siendo recién a finales de la década del treinta o bien a inicios de la década del cuarenta que se puede comenzar a hablar con propiedad de un partido con el carácter de “clásico” entre ambas instituciones.  Es decir si bien el enfrentamiento tiene cien años de historia, el clásico tiene 75-80 años a lo sumo como tal.

clasico-3Ahora bien, ¿qué es lo que ha hecho que el enfrentamiento entre  el club más popular de Valparaíso y uno fundado por ingleses y sin gran historia o arraigo en la ciudad (cobijándose en una distinta a la de su nacimiento de hecho) se haya transformado en el clásico de regiones más importante del país, siendo además el con mayor tradición del país? (El “Superclásico” y los “clásicos universitarios” son posteriores en su asentamiento como tales).

Lo primero sin duda lo deportivo. Fuerzas parejas. Hasta el golpe militar parejo en las estadísticas, tomando en dicha década una ventaja Everton, que Wanderers estuvo a punto de terminar de recortar, si no hubiese sido por el nefasto Basay. A pesar de ello, y a diferencia de otros clásicos, sigue siendo una disputa pareja, si se consideran todos los duelos oficiales entre ambos elencos, Everton mantiene una ventaja de solo 7 duelos, acotada sin duda para 100 años de enfrentamientos.

JOEL SOTO,DELANTERO DE WANDERERS DE VALPARAISO

JOEL SOTO,DELANTERO DE WANDERERS DE VALPARAISO

En segundo término nuestros orígenes. Mientras el origen de Wanderers está ligado al mundo “criollo” y popular, el de Everton está ligado al mundo de los ingleses y las elites de la ciudad de Valparaíso. No es azaroso el traslado de Everton a Viña del Mar, puesto que las elites de la región también pasaron de ocupar a Viña del Mar como su balneario a ser su ciudad de residencia, llevándose con ellos también a “su” club.

En tercer término los estilos preferidos por ambas hinchadas. Mientras el wanderino (evito usar porteño, pues me parece restrictivo, soy wanderino y a la vez viñamarino) preferirá siempre la refriega, la garra y el esfuerzo como camino preferido para alcanzar la victoria, el evertoniano preferirá  el juego de buen toque, galanura y lujos como vía para la victoria.

 

El presente

 clasico6Mientras en Valparaíso  comenzamos el Torneo con un equipo juvenil  y con la prensa dándonos como candidatos para el descenso, pero a pesar de ello expectantes y con confianza de nuestra gente, en la vereda de al frente, el comienzo estuvo marcado por la fanfarronería y burlas hacia el vecino, sintiéndose ya protagonistas y/o campeones de un campeonato que aún no se disputaba, ante el mero hecho del arribo de inversionistas foráneos con promesas de inversión en su Institución. La expectativa de ver a nuestro club una vez más en cancha y la certeza de que cualquier logro que pudiésemos obtener no solo estaría marcado por el esfuerzo, si no que por el esfuerzo de nuestros canteranos, nuestros hinchas con camiseta, esos que sienten igual que nosotros el amor por el club, era suficiente premio y motivación. No necesitábamos de más.

clasico5Es así que el próximo sábado marcara para ambos equipos un punto de inflexión. De ganar Wanderers, se nos abrirá el apetito, y se nos abrirá de la manera que más nos encanta a los wanderinos: un equipo con gente de casa, ordenado, aplicado, fiero y con énfasis en lo colectivo. Por el lado de Everton la posibilidad de refrendar la remontada que han tenido con el nuevo entrenador en el mejor de los escenarios: frente al clásico rival y en su casa.

En lo personal espero el partido con ansias: por primera vez (para un clásico porteño) tendré la posibilidad de juntar en el estadio a mi abuelo, padre y hermanos, una fiesta familiar sin lugar a dudas. Una fiesta wanderina de principio a fin, pues cuando decimos que Wanderers es un equipo con historia, ¿no es aquella nuestras historia? La de mirar hacia atrás y reconocer 1, 2, 3 o hasta  4 generaciones unidas por la pasión por el club. Pasión que es nuestro mayor patrimonio y nuestra mayor responsabilidad: cuidarla y seguir traspasándola de generación en generación.