El peor rendimiento en la historia de del club en Primera División, cuatro directores técnicos en los últimos seis meses y un plantel sin variantes configuran un nuevo fracaso de la Sociedad Anónima que administra el fútbol profesional de Santiago Wanderers.

Terminado el torneo anterior los hinchas mirábamos con optimismo una nueva temporada, habíamos logrado mantenernos en Primera División pese a contar con un presupuesto inferior a nuestros rivales y contábamos con una base de jugadores que podía potenciarse para aspirar a tener un 2021 tranquilos e incluso pensar en una copa internacional.

Sin embargo, en pocos días perdimos a nuestros mejores jugadores en ofensiva y a nuestro director técnico producto de una reducción del presupuesto por parte de la Sociedad Anónima dirigida por Rafael González Camus ¿Por qué si se contaba con mayores ingresos se bajó el presupuesto?

No se necesita ser un experto en fútbol para proyectar las consecuencias de despotenciar un plantel que el último torneo sufrió para mantener la categoría, reemplazando a nuestros mejores jugadores en ofensiva por otros con un pobre registro de goles. Aunque no debería sorprendernos la calidad de los refuerzos si estos son escogidos por una Comisión Fútbol dirigida por Osvaldo León.

La historia es conocida, Ronald Fuentes, quien había tenido éxito en todos los equipos que dirigió anteriormente sumó 0 puntos, Víctor Rivero sumó 1 punto y renunció luego de tres partidos, ahora Moisés Villarroel no fue capaz de derrotar al colista de la tercera categoría del fútbol chileno. Ninguno de ellos mostró solidez en el juego más allá de los resultados, tampoco mejoraron los rendimientos individuales de nuestros jugadores.

¿En qué se parecen Miguel Ramírez, Ronald Fuentes, Víctor Rivero y Moisés Villarroel? En nada, son técnicos con propuestas futbolísticas y formas de trabajar distintas. Nuevamente, no nos debería sorprender si en 13 años de administración Santiago Wanderers SADP no ha contado con un proyecto deportivo que mantenga una línea de decisiones coherentes.

Mientras el fútbol profesional masculino está en crisis, el fútbol femenino muestra el mismo rendimiento, pero trabajando en condiciones mucho más precarias y FUTSAL, rama que también estaba a cargo de Santiago Wanderers SADP, fue desmantelada. Santiago Wanderers SADP parece ser un rey midas a la inversa.

Quizás el rendimiento deportivo mejore, esto es fútbol y sabemos que es un deporte impredecible, sin embargo, el problema de Santiago Wanderers no se soluciona salvándonos del descenso, la mejor prueba de ello es lo que ocurrió terminado el torneo 2020.

El problema de Santiago Wanderers es que está secuestrado por un grupo de dirigentes que han dado suficientes pruebas de no tener las capacidades para administrar un equipo de fútbol profesional y de una soberbia tal que les impide buscar ayuda o trabajar con personas capacitadas pero que no son de su círculo cercano.

El problema de Santiago Wanderers es estructural y no se soluciona con una buena campaña o una nueva camiseta.

Tampoco se soluciona con la renuncia de Rafael González o los demás directores de la SADP, sino que con medidas que van desde cambios en la estructura de la concesionaria, por ejemplo, ampliando la participación de los socios en las decisiones del club más allá de los dos representantes de la Corporación Santiago Wanderers en el directorio, hasta el fin del contrato de concesión, devolviendo la administración del fútbol profesional a los socios.

Los empresarios llegaron al futbol profesional prometiendo una mejora en la gestión, ante la crisis que vivían las antiguas corporaciones. Al menos en Santiago Wanderers su gestión solo ha roto récords negativos de endeudamiento y rendimiento deportivo. No nos digan que los socios no podemos hacerlo mejor que usted.

Pero el año está financiado.